Calas
Pocos se resisten a su elegancia natural, a su sencillez, a
su carácter sobrio, pero al mismo tiempo maravilloso y siempre con estilo.
Desde muy pequeña siempre me gustaron las calas porque me inspiraban paz y tranquilidad.
Hay cientos de modelos de calas, con diferentes formas y
colores, pero hoy os muestro estas tres para que veáis que cualquiera de ellas
quedaría preciosas en un salón o dormitorio, en caso de que os guste cualquier
otro diseño solo tenéis que decirlo y yo lo hago!
Entiendo que estén consideradas como las damas del jardín
porque su elegancia no pasa desapercibida y mucha gente las elige para formar
parte de momentos especiales. Yo os las propongo como regalo para el Día de la
Madre, en caso de que le gusten las flores.